Mi filosofía educativa


La educación es un proceso complejo que permite el desarrollo de habilidades, valores y actitudes en el ser humano. Mi concepción sobre la educación responde a una visión holística, pues considero que educar no se limita al solo hecho de instruir, sino de contribuir a la formación integral del ser humano, esto implica una necesaria congruencia entre sociedad, sistema educativo y familia. Si bien la educación se gestó con una visión reproductora del sistema, puede tener un enfoque transformador en gran medida cuando los docentes tengamos claro para qué queremos educar y de esta forma provocar un cambio en el resto de la comunidad educativa, o al menos, generar cuestionamiento de la situación actual.


Desde esta mirada de la educación, concibo la docencia como una profesión que demanda gran responsabilidad, puesto que al ser un trabajo en constante cambio demanda capacitación y formación continuas. Este aspecto requiere de mentalidad abierta y flexible para no encasillarse en una determinada forma de enseñar. Además, los docentes deben tener mucho compromiso con su parte humana, ya que requiere de una alta formación ética, reflexiva y crítica, pues son el referente para muchos de sus estudiantes. Esto no implica perfección, pues como todo ser humano los maestros tienen sus debilidades, el punto está en saber enfrentar los retos y trabajar con uno mismo para poder exigir al resto.


Así mismo, pienso que el aprendizaje es un proceso donde intervienen diferentes habilidades de pensamiento, simples y complejas a través de la interacción social. Este puede ser formal e informal, pero por lo general involucra una interiorización del conocimiento en el sujeto, que le asigna una determinada significación y una aplicación en la vida cotidiana. El aprendizaje debe ser protagonizado por el estudiante, por lo que debe responder a sus necesidades, intereses y contexto en el que se desenvuelve.



Por otra parte, actualmente muchas personas dudan de la validez de la educación; sin embargo, considero que esta, afrontada desde una postura crítica permite abordar las transformaciones sociales que tan necesarias han sido a través de la historia. El hecho de construir en las diversas instituciones espacios donde reinventar las formas de ser y conocer, a través de las interacciones y experiencias sociales. Espacios donde se dan enseñanzas, aprendizajes, divergencias y a la vez consensos que permiten al ser humano, no solo ir encontrado su propia forma de pensar en base a lo que vive a través del contexto educativo, sino adoptar un accionar consciente frente a la sociedad en la cual se desarrolla.

Cabe recalcar que para esto es necesario alejarnos de un sistema educativo memorístico, tradicional que solo reproduzca y transmita la información que le conviene a ciertos grupos dominantes, pues de lo contrario, estaremos fortaleciendo la desigualdad e injusticia social que este sistema intenta naturalizar a través de instrumentos ideológicos. Es necesario asumir la ruptura de esquemas, ir más allá de la mera transmisión de conocimientos para que la educación se convierta realmente en el pilar para un cambio positivo de la sociedad.

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